Sunday, December 11, 2005

Exhibicionismo Puro



Idiota y Von Idiot no es lo mismo...
¿Y qué afloró? Quiero ser honesta, no fue amor, no podría ser odio...para eso se necesita tiempo, intensidades, "ciclopear" al menos un segundo...y luego volver a verse a los ojos desde un plano más distante...para eso, en suma, se requiere de vaivenes y de historia...de un caminar en paralelo al menos dos pasos...y luego de una debacle de poca monta...algo ordinario...que hable de llano desinterés en el otro...
Entonces...¿qué afloró?
Lo que –si crees en la magia- pasa de tanto en tanto y cuando menos te lo esperas. Curiosidad. Curiosidad sobre él/tú. Sonrisas. De Yo. Porque me encanté en mi desparpajo de cigarros, cerveza y franca ignorancia ante tanta cita de autor. Porque me encantó la forma en que la punta de su nariz arrugándose en esa fracción ínfima de tiempo que le tomaba buscar la siguiente idea, me impedía concentrarme en el contenido -escatológico o no- de la conversación . Porque simplemente me gustó. Como persona. Como interlocutor. Como bebedor y fumador. Como potencial de sonrisas cómplices y largas sesiones de ese eterno divagar que es mi marca registrada.
Subirse a un diálogo de montaña rusa en el que por momentos brillas y brillo y luego caemos en bostezos intuidos, para entonces nuevamente volar...insisto...es siempre refrescante. Cuando puedas...
¡manda naranjas!

4 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Cuando me lavo la cara por la mañana siento que me refresco. Cuando bostezo, aun antes de lavarme la cara, siento que el aire que entra a mis pulmones me refresca. Cuando juego un partido de fútbol y llego a los camarines a beber veinte sorbos de agua -no más ni menos porque hace mal- también siento que me refresco. Pero es la sensación física la que me impide decir que ese refrescante momento -aunque parezca comercial de gaseosa así lo es- puede quedar en la memoria como lo que me dice a mi mismo, más tarde o si gustas para siempre, refrescante.
Una de las cosas que más me hace sentir refrescado es la conversación, porque aunque me cuenten una misma historia mil veces, siempre va a existir un episodio instantáneo y mínimo que se escapa de la idéntica copia. Alguna vez un obsesivo lector de me decía que lo mismo sucede con las novelas cuando las lees dos veces, pero yo creo que la novela es algo que supera al humilde lector, y a veces incluso abofetea por más tiempo del necesario a ese mismo humilde lector. Lo que sucede con las historias es que son ellas mismas las que cambian y lo que sucede con las novelas es que uno le toma el peso al tiempo que ha pasado entre una lectura y otra, y de esa manera uno concreta el tiempo diciendo que uno es el que ha cambiado. Mentira, pero es el sentido común el que nos lleva a decirlo.
Creo que hay dos cosas que debemos superar para escribir, escribirnos y decir que escribimos. Una es la figura del erudito, que yo cambiaría por la del obsesivo (suena mejor, da trabajo a sicólogos cesantes y no se relaciona necesariamente con el abuelito ermitaño de heidi); otra es la de la humildad, ¿quien no es humilde si lo ponemos a escribir? y la humildad al final lleva a la cita -en este mundo donde la cita es parte de la felicidad y el orgullo, pero también de lo peyorativo y del estilo- no porque sea un último recurso, sino porque con ello transportamos los saberes que la misma experiencia nos va dando. El gusto de un momento es el placer de muchos momentos resumidos en un instante y si alguien decide escribir, nada de malo tiene el que ese gusto se vea abrumado por el gusto de miles de millones de personas que antes lo han compartido.
Por si no lo recuerdas el encuentro con Piranda fue fortuito e igualmente curioso. Pero lo que nos convocó fue una “experiencia teatral”. Cuando salíamos de la experiencia teatral llamada “cándido” que se hizo esa misma tarde en la calle Merced 54, la pregunta que rondaba entre los asistentes era ¿y esto es una experiencia? Ante lo cual respondía yo con una mentirosa postura romántica, “lo es si tienes memoria”, y entonces me di cuenta lo influenciado que estaba por las campañas políticas y los eslogan, pero más aún por saber donde está el interés por escribir… incluso por escribir en mi propia memoria.
Hace un tiempo me decía a mi mismo que escritor es quien publica, no quien escribe. Ahora pienso que las ideas se escuchan. Y bueno esa noche también nos preguntamos porque escribir en la virtualidad y el anonimato: Y me estoy acordando de un trabajo que realizó Gustavo Romano entre septiembre del 1996 y enero de 1997 llamado “Mi deseo es tu deseo” (creo que aun se puede ver en http://www.findelmundo.com.ar) en el que colgó en internet dos paginas personales de un hombre y una mujer inexistentes, transformándose ambas en una especie de sitios residuales donde los deseos convergían mediante mails para mutilarse entre ellos y devolver a los internautas un estado epiléptico e incómodo de la naturaleza del deseo hecho imágenes. Fue hace ya 8 años, pero hace más tiempo también que existe el deseo, puede que incluso antes que la palabra hablada, y entonces no solo hablamos de gusto sino de esa pulsión propia de quienes nos decimos gobernamos el mundo.
Eruditos – Obsesivos
Humildad – Cita
Una cita obsesiva es una erudita humildad. Y lo que nos impulsa aún a llamar por teléfono a alguien y decirle “vamos a tomar una cerveza a Bierstube o al Rojo de tajamar” es el gusto de tener una conversación que nos refresque y, ante la presión que ejerce la linealidad de nuestras vidas, nos haga sentir que también somos discontinuos.

6:59 AM  
Blogger a-prender said...

No será mejor conversarlo que escribirlo????
aahhhhhhh
Mucho para un día lunes (jejejejeje)

Distraen mi Pena remetida por “sapo” en La PENITENCIERIA

2:55 PM  
Blogger Maxsand said...

Nerdson!!! Lo estamos conversando...¿no lo ves?...ahora...no esperes erudición obsesiva en mis respuestas, y menos humildad en mi citar. Dejémoslo en que lo que sea que responda yo ahora...olerá a cinismo, a megalomanía, y a pasamontañas (por eso de andar parapetándose). Y no me vetes a scriptum anonimus, que puede escribir largo y tendido incluso en lunes.
Estoy bebiendo mi té verde en un tazón de duendes! Salú!

3:44 PM  
Blogger Maxsand said...

romeo romeo, ¿dónde estás que no te veo?
Acá, julieta, haciendo mi maleta.

4:35 PM  

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