Friday, March 23, 2007

Aclara


Wevás potentes. Eso es lo que hace pensar/sentir esta isla. Camino por un millar de senderos que parece conozco de antes. Por las laderas de los cerros y también en mi cabeza. Y descubro. descubro cosas con las que quiero y no quiero encontrarme. Acá es fantasía. Allá realidad. Acá me vuelvo linda. Linda de sol, de relajo, de sonrisas, de seguridad. Una seguridad apabullante que en palabras -que parece he escuchado antes- de Delfín Boy, me vuelven algo castradora. Porque parece que me las sé todas, que tengo respuesta para todo, que sé siempre para donde vamos. Y eso no le gusta. Pero acá, en el Peyton Place del Pacífico Sur, todo se me vuelve claro. Y entiendo que él no entiende. Que él no me entiende. No alcanza a entender que necesito un par de cosas básicas: Calentura, libertad, ternura, contención, sonrisas, coqueteo y cariño. El cariño que se le da a una niña -ese de abrazos de cobijo- y también el que se le da a una mujer -cuando se la acepta tal y como es-. Y entonces lo miro dormir a mi lado y quiero escapar.

Y lo hago. Para eso estoy de vacaciones, para hacer lo que me da la gana. Así que en silencio y como delincuente, me visto y me voy. The walk of shame, le dice Pez. De puntillas salgo y enciendo el jeep. Y mientras me alejo, lo veo en el retrovisor. Mirándome partir. Y me odio un poco por eso, pero es que nunca voy a aceptar que me celen, que me vuelvan propiedad, objeto, adorno, presa.

Y subo un par de cerros en busca de respuestas, y la respuesta se me aparece. Clara y precisa. Con nombre, apellido, aroma, ritmo, clavícula, ojos amarillos y sencillez.

¿Cómo lo hago? Cómo se marca un teléfono después de casi un año de silencio autoimpuesto. ¿Cómo se hace una reaparición?

De pronto sonrío. Lo conozco. Me conoce. Siempre me ha permitido ir y venir a mi antojo. Porque es seguro. Porque sabe que lo quiero. Porque me quiere. Porque me comprende en mi faceta de niña y me acepta tal y como soy en mis pataletas de mina.

Porque con él no me tengo que pejear con el fututro. Porque no tenemos futuro y por eso hemos caminado on y off durante 6 ó 7 años.

Así que nada. Lo llamo.

A la 1 de la mañana de Chile, lo llamo.

Y cuando hablamos, todo está bien. En orden. Ha pasado un kilo de tiempo y no ha pasado nada. Ante todo es mi gran amigo. Y me acuna desde lejos. No me pide explicaciones pese a que me recuerda mi última pataleta agresiva y pasional. Y me deja volver.

Soy su mina pródiga. La más cara de raja de todas. La que va y vuelve. La que exige ternura. La que cayó en sus redes desde el primer acorde. La que lo va a aceptar siempre tal y como es. La que sonrie con sólo escucharlo. Aunque él esté más grande, más maduro, menos irracional.

Por cursi que parezca, en Rapa Nui, el sol sale en el alma.

1 Comments:

Blogger a-prender said...

Si estas acá....piensas en "allá"
Si estas "allá"...piensas en acá

Que mas da...uno vino a pensar en todos lados....

Pero que bueno seria...NO PENSAR..
Ni en "acá".. Ni allá...

Solo respirar y mirar.....

Saludotes....

4:06 PM  

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