Dispersa...

-¿Puedes escribirte un guión? Con un gay. Es que quiero filmar una película.-
-¿Y por qué no empiezas por un corto?-
-No, los cortos obedecen a un subgénero falto de dinero en filmación. Yo voy a hacer una película digital, así que haré un largo.-
Plata. Parece que todo se resumiera en plata. Ahora resulta que el corto es un hermano menor y al parecer de “casa chica”. Y yo que pensaba que eran pequeñas obras de arte por eso de lograr de manera certera comunicar un algo, un trozo o un todo en un par de minutos. Por eso de hacerme pensar y sentir, de sacarme de una la sensación de Dormonil con que en ocasiones me pillo caminando por el Parque Bustamante.
-¿Puedes escribirte un guión? Con un gay. Es que quiero filmar una película.-
No lo sé. ¿Puedo? Yo quería hacer una defensa contra los prejuicios de esta sociedad. HOMO-sapiens quería que se llamara.
-No. No quiero defensa de los gays, quiero una historia real-
¿Real como qué? Real como esa de una mujer que se acuesta con su amigo gay aunque ella no sea Madonna y él no sea Everett y quedan embarazados pero ella no le cuenta aunque ella no sea Madonna y él no sea Everett y entonces ella muere en el parto aunque ella no sea Topacio y él no sea Chaguito y él cría a la recién nacida aunque ella no sea Heidi y él no sea el abuelo…? ¿Real como esa historia de la Paula?
-Sí, como esa.-
No lo sé. No me gusta el drama. ¿O sí? Habría que revisar esa aseveración dados algunos pasajes de mi vida, como bien podrían corroborar algunos …¿afortunados?
Yo no quiero escribir la película fantasiosamente humanizante en que aparezca un gay. Quiero escribir más que un borrador de película autobiográfica.
Ya dejé de fumar, de tomar café, de beber whisky hasta hartarme, de fumarme un porro de tanto en tanto. Ya dejé el sexo sin futuro.
Ya me volví bostezada, abyecta…silente.