Wednesday, January 04, 2006

Hall of Fame de Mis Nostalgias



Año: 1990
Categoría: Música LLomántica
Interprete: Little Turnip Daniel, pero Elton John con su amiwi blusera son insuperables.
Rating: sol en el alma y sonrisa en los ojos

Don’t wish it away
Don’t look at it like it’s forever
Between you and me
I could honestly say
That things can only get better
And while I’m away
Dust out the demons inside
And it won’t be long before you and me run
To the place in our hearts where we hide
And I guess that’s why they call it the blues
Time on my hands could be time spent with you
Laughing like children,
living like lovers
Rolling like thunder under the covers
And I guess that’s why they call it the blues
Just stare into space
Picture my face in your hands
Live for each second without hesitation
And never forget
I’m your man
Wait on me girl
Cry in the night if it helps
But more than ever
I simply love you
More than I love life itself

Comentario de la crítica: Y pensar que después se convirtió en rockero...no tengais miedo a la evolución, hermanos!

Monday, January 02, 2006

Nada Que Decir y Tanto


Entre los 12 y los 16 las vacaciones dominaban mi
existencia...

Me pasaba la primera mitad del año en reminiscencias
entusiastas que iban languideciendo en nostalgias a medida que
se acercaba julio...y la otra mitad entre pálpitos expectantes
a medida que se acercaba febrero...el mes completo que mi
padre nos regalaba para gozar de las playas de la cuarta
región.

Y una vez instalada la familia a orillas de esas olas que aún
amo y siempre extraño...yo me volvía simplemente loca...de
sol, de música, de pecadillos impíos por eso de escaparme cada
noche dejando a mi hermana -buena y obediente como nadie-con
el alma en vilo...y de amor....mucho amor...

Porque a los 12 de pronto descubría que me gustaban los
hombres...y que mi corazón se iba a convertir en dictador
vitalicio....y de ahí en más...ser quien soy ha tenido siempre
un ingrediente de montaña rusa...

El tema es que, desde que tengo recuerdos de esas playas,
había una parte que detestaba sobremanera de las vacaciones...

..la última noche...

La última noche me sobrevenía una tristeza que se iba
profundizando a medida que las horas avanzaban hacia el
alba...y se iba entremezclando con una rebeldía que crecía con
los segundos y contra nada en particular...

Nunca quise volver al colegio...se me hacía una tremenda carga
retornar a mi vida aburrida de niña modelo con notas que jamás
bajaban del seis...a mi entorno lleno de desapasionamientos y
"qué dirán"...a los horarios establecidos...a la rutina...al
compás de espera...

Por contraste...las noches eternas de flippers, amigos que
iban creciendo con uno, baile, fogatas, música y miradas que
se entrecruzaban tímida o abiertamente, según me lo permitiera
la timidez que de a poco y sin darme cuenta fui dejando de
lado, me parecían simplemente perfectas...

Por todo eso, la última noche en Morrilllos siempre me era
detestable e, invariablemente, a la mañana siguiente, mientras
sentada en el asiento posterior del Chevette observaba cómo
cruzábamos la barrera de salida para enfilar nuevamente hacia
el sur, tenía que morderme el labio inferior y mirar fijamente
el mar hasta que se perdía justo antes de la cuesta que lleva
al puente que anuncia Socos...

..y siempre un par de lágrimas se me caían cuando los demás
integrantes de mi familia no miraban, y me envolvía un
silencio espantoso, porque no podía más que repetir "estoy
triste, estoy triste", como letanía, al oído de mi hermana...o
sólo para mí...mientras mi madre no paraba de parlotear
intentando subirse y subirnos a todos el ánimo (porque ahora
sospecho que a todos nos pasaba un poco lo mismo).

Pero el verano que cumplí 12 tuve mi primer pololo...

Morrillano, obviamente...

..y músico, por cierto...

Y ahí se me agregó otra gran debacle al fin del verano, porque
cuando crucé la barrera ese año...a las tristezas antes
descritas, se le agregó la total incerteza sobre volver a ver
sus ojos o escuchar su música...

Ese fin de verano detesté dejar atrás los besos y abrazos de
la conquista de turno, detesté dejar atrás las mariposas que
cada noche, mientras me ponía mi jardinera de mezclilla y me
echaba brillo de frutillita en los labios, me invadían el
estómago, detesté dejar atrás el olor a chicle Dos en Uno de
menta y Coca-Cola que él siempre tenía cuando apenas me tocaba
la cara para saludarme frente a la vigilante mirada de mi
primo mayor...detesté intuir que, de ahí en más, si la
"relación" sobrevivía a los avatares de sumergirse en la
realidad de los horarios y distancias capitalinos, de todos
modos ya no sería lo mismo...

Y recuerdo que la carretera del último día de febrero del '84
generaba tanto calor que se veían espejismos de agua sobre
ella...tal como hoy...mientras me dirijo al sur...y lo único
que pensaba entonces era cuánto me había gustado el primer
beso que me dio cuando tiré a la niña modosita por la borda y
decidí escaparme de los ojos de Renato, y lo mucho que me
habían gustado los que le siguieron cuando decidí que iba a
ser mejor que ninguno de mis primos se enterara de que tenía
"pololo con beso"...

..y luego pasé a rememorar lo feliz que me hacía observarlo
tocando su guitarra intuyendo que había nacido para su
música... y de ahí en adelante...ya a la altura de la
bifurcación hacia Tongoy...la sola idea de no controlar el
futuro...para saber si lo volvería a ver... me produjo un
terror helado y me atacó una pena desganada...que me duró
hasta que él llegó a Santiago una semana después y me llamó,
claro *sonrisa*...

Y así hasta los 16...siempre detestando el fin del
verano...siempre algo asustada de que mi conquista terminara
junto con el fin de la temporada estival....

¿Qué a qué viene todo esto?

Hmm...han pasado trece años desde mi último verano
adolescente...y anoche, curiosamente, reviví a esa niña triste
de fines de febrero...

Estos Viernes que se han sucedido desde mediados de julio me
regalaron unas largas vacaciones...y, como siempre, por
supuesto tuve una conquista...y como siempre que la historia
ha de valer la pena...esta vez también se trató de un
músico...

Y, lógicamente, esto se dio también de noche y con un halo de
prohibido cercando la historia...si bien ahora era yo la que
me miraba de manera algo reprobatoria...porque Renato se casó
y se fue a vivir a México...

Y...como siempre...mis vacaciones tuvieron que llegar a su
fin...y ahora en la carretera, al igual que cuando era
adolescente, voy medio triste, temiendo no volver a verle y
recriminándome un montón de cosas que me callé...

Porque resulta que ahora, con la inseguridad de no saber si se
me va a regalar otro interludio con olor a verano de almas,
caigo en la cuenta de que nunca me aseguré que supiera lo
mucho que atesoro esta historia...y las razones de ello...

Porque me callé que amo sus saltos porque me permiten espiar
al niño que lleva dentro...porque no tiene idea de que yo
nunca, hasta ahora, había hecho algo divertido y sonriente de
las piruetas en la cama, porgue no le expliqué que jamás me
había topado con alguien de mirada límpida y no reprobatoria
cuando me desbordan mis excesos de niña mal criada con visos
de ninfómana en ciernes...

..porque adoro que sea hombre hecho y derecho cuando la
situación lo amerita...

..porque le creo cuando desmiente los cometarios
malintencionados de un par de arpías y de sus amigos...

..porque con un solo comentario me enseñó a observar a los
niños...

..porque jamás pensé en lo desfachatada que podía llegar a ser
hasta que me lo topé en una escalera...

..porque es un descarado capaz de morderme la oreja mientras
intento concentrarme en un blues con el que siempre quiero
impresionarlo...

..porque se va con decisión de hombre, pero me pide ir a casa
con entonación de niño tímido e inexperto...

..porque con sólo pedirme un cigarro alimenta mi ego frente a
su público...

..porque me aseguró que le encantaba mi forma catete de
enfrentar ciertos asuntos...

..porque me dijo que mis ojos eran lindos y esta vez no me
sonó a falta de creatividad...

..porque me escribió un gran beso en medio de su ajetreo de
fin de año...

..porque tiene memoria y asertividad para los detalles y
porque me sobresaltó una y cien veces haciendo públicas
referencias en clave a mis relatos y nuestras conversaciones
privadas...

Esas son las razones...cuando las pienso me sonrío...pero
termino con un mohín medio infantil en el gesto...y es que
esta historia fue bella, pero me rebelo a usar el indicativo,
aún quiero el subjuntivo...pero se me acabaron las
vacaciones...y ahora me agarra la mala onda pues intuyo que
esto ya está decidido y no se me consultó mi opinión...como
cuando mi papá espetaba "se acabaron las vacaciones"...

Igual que de los 12 a los 16...estoy rebelándome contra nada
en particular..odiando un poco el tiempo...

..hasta descubrir en qué termina esto...

..o si ya terminó del todo...
***
(31 de diciembre del 2001)

Sábado



Hoy pensaba sentarme a "narrar", pero caí en la cuenta de que
me es imposible conectar con una sensación distinta del
presente cuando los recuerdos recientes se apilan en la
realidad, presionando por salir de mi cabeza, por mis
poros...Imposible concentrarse en ayeres lejanos cuando la
memoria hace historia satisfecha de cada movimiento del
cuerpo....

Estas últimas semanas han sido un torbellino de emociones y
anécdotas que me tienen francamente agotada....Cada día trae
una nueva aventura, un nuevo desgarro, una sorpresa a la
vuelta de cada recodo...

Como siempre en primavera, exploto en una maraña de
sentimientos que obnubilan mi juicio, arremolinando sinsabores
y alegrías...las lágrimas suceden a las carcajadas, las
sonrisas a la nostalgia, el frío en el alma precede a la
calidez de un par de manos acariciando mi espalda....

Y en la mitad de todo eso....hombres....

Hombres...hombres... ¡hombres!

Así, en plural vano y deslenguado. Hombres, muchos hombres,
demasiados hombres...todos rondando mis espacios, todos
sacándome una sonrisa, todos ganándose mi corazón y llenando
de ternura mi soledad....

Rodeada de música, de un tiempo a esta parte camino por la
vida con desfachatez...

Me dejo seducir por poesía barata que viene a arrullar mis
sentidos desde la voz de un niño pícaro, que no soporta la
idea de que yo no salte ante la oferta de ir a la cama con
él....

Me dejo acariciar por las notas que emanan de cuatro cuerdas,
mientras muerdo los gestos de un hombre que no sabe muy bien
lo que quiere, pero si cómo conseguirlo....

Me vuelvo sed de compañía cuando las sirenas anuncian la
llegada de un pequeño, egoísta y ególatra, que jamás perdonará
el que lo haya mantenido en las sombras, justo en las esquinas
de mi tiempo, durante meses y meses llenos de
irregularidad....

Me permito escuchar a Jewel suspirando "you were meant for me
and I was meant for you", y entonces me invaden los recuerdos
de mi mensajero...de mi compañero inseparable...de ese que aún
me ronda...el que aparece y desaparece de improviso y siempre
para dejarme de estropajo el alma, sin jamás tener la valentía
como para tomar una decisión en uno u otro sentido....

Me dejo acunar por los compases que emanan del último juguete
electrónico de un amigo que, de manera cómplice y
enternecedora, intenta saciar mis deseos de ahuyentar la
soledad, mientras a voz en grito cantamos a unos españoles que
no hacen más que recordarme la falta que me hace una historia
que dure más que lo que se demora la cordura en entrar por la
ventana cuando comienza a amanecer....

Me divierten los hombres...me divierten e intrigan...no los
entiendo....Por lo menos no a los que hoy están en mi
cotidianeidad....

A veces me miro en el espejo y me da por suponer que ha de ser
algo mental...porque no soy ni por mucho la más entusiasta con
mi apariencia....Pero supongo que soy real....Ellos parecen no
ver todos y cada uno de los defectos que percibo en mi cuerpo
de mujer-a-la-salida-de-los-veinte, y que podría enumerar
hasta el anochecer si alguien quisiera escuchar un discurso
tan soso al respecto....

Huelo mi clavícula y entonces descubro que hay olores que en
mi piel cambian....Y me rebelo un poco...no porque quiera por
siempre tener a un fanático de Tarantino metido bajo la piel,
sino porque no me interesa reemplazarlo aún...No quiero
reconocer otro olor en mi piel, porque entonces, cuando su
dueño se aleje, volveré a sentir una ausencia en mi propio
cuerpo....

¡Qué desastre! Si hubiera seguido los designios de mi
educación, probablemente hace rato estaría casada e
inodora....Pero en algún momento temprano de mi vida tuve la
tremenda claridad mental como para saber que, si bien no sabía
qué camino tomar, el que me habían pintado no me satisfacía un
ápice...

Desde la distancia de entonces, claro...

Porque ahora de pronto me da por pensar que mi vida sería
bastante más aburrida, pero más estable, si tuviera que
discutir relevancias nimias como en qué gasté la plata del
supermercado o por qué mi pareja llegó más tarde de lo normal
si no respondía el teléfono de la oficina...o si tuviera que
defender nimiedades relevantes, como los deseos de aislamiento
físico y emocional que, de tanto en tanto, me asaltan en tempo
de adolescencia tardía....

Hay momentos en que me cansa esta soledad...me cansa y me
conmueve. A veces me agota llegar al departamento y tener que
prender las luces y la radio y sentir que si no me muevo, la
casa podría seguir siendo un mausoleo...Ciertos días me cansa,
y otros me desgarra. De una u otra forma...me fatiga, me quita
energía el saberme sola y tener la conciencia absoluta de que
si no cuido de mi, nadie lo hará...

Pero, a pesar de ello, no concibo la posibilidad de otra forma
de vida...

No por ahora, no hasta que decida qué camino tomar...

Por eso los hombres...

Por la compañía y falta de ella...Por la calidez que me
regalan...por la comodidad de saberlos entrando en mis rutinas
sólo a ratos y en la medida que yo así lo quiera...Supongo que
soy egoísta...pero no más que cada uno de ellos, que pretenden
erigirse cada cual en su propia fantasía de sí mismos en la
interacción conmigo....

Huelo nuevamente mi piel, prendo otro cigarrillo y miro por la
ventana...la tarde está cálida...tibia y envolvente, como los
brazos del músico adorable al que me ha dado por observar,
llena de un aroma acogedor...como su clavícula...tan plácida
como dejarse acunar por su esencia ...luminosa como sus ojos
cuando se sabe perfecto en sus gestos y movimientos...

Extraño las volutas azuladas subiendo por conversaciones
oscuras...extraño las caminatas por un Santiago gótico y
maloliente...no logro encontrar el equilibrio espiritual en
que los ojos de Pezz me sumieron...

Pero, por hoy, me importa un comino...

No tengo compañero, no tengo rutinas de a dos de Domingo por
la tarde...no tengo planes de futuro trazados con tinta
indeleble ni soy responsable de otras vidas...No tengo que
seguir parámetros de horario preestablecidos, no debo verme
presentable ni bonita si no quiero...

y eso...en estos tiempos...es una bendición..

Hoy no es Viernes, pero es el día después.
***
(Octubre de 2001)

Desvarío de Cuerdas (el comienzo)



Entré al bar y, sin saberlo, tomé asiento justo en la silla que me iba a llevar de vuelta a la mala vida...
Me bebí el primer trago de tus-labios-sosteniendo-el-cigarro mientras le dabas a ese bajo y de pronto estaba a mil kilómetros de distancia de allí... muy dentro de mis recuerdos... y en ese mismo instante supe que me iba a traicionar.... Porque ya comenzaba a perderte ...justamente al tomarte como una más de mis tantas carreras de conquista...
¡Pero qué más podía hacer... si era sólo cuestión de mirarte para saber que estabas allí por y para mí!
Me miraste de reojo y ambos supimos que nos habíamos visto ya antes de que juntos compartiéramos un par de notas afinadas a punta de alcohol y deseos de impresionarnos mutuamente...
-Sabía que ibas a volver-, dijiste, vano y presuntuoso, tratando de jugar al macho que quieres ser...
-Yo también lo sabía-, te respondí ...y prendí un cigarro, llena de esa suficiencia que me hace por momentos insoportable a otros seres humanos cuando intuyo que debo preparar mi espíritu para esquivar golpes venideros...
Dijiste algo sobre mi ausencia la noche siguiente a habernos conocido y yo respondí con el gesto vago de quien espanta a una mosca, mientras por dentro presentía el comienzo de un temblor...
Cuando saludaste a tu público posaste los ojos en mí una fracción de segundo más que en el resto de la concurrencia, mientras sostenías tu cigarrillo con la pedantería adorable de quienes aman tener una audiencia ante la cual exponer su esencia...
Y mientras azuzabas a los parroquianos haciendo alardes de setentero consumado, el pitillo lentamente se consumía entre los dedos de tu mano segura... Eso lo recuerdo perfectamente, porque precisamente entonces fui consciente de tu cuerpo cerca del mío....
Y comenzaste a golpear una y otra vez las cuerdas... y con ello me lanzaste sin paracaídas de vuelta a una adolescencia desordenada y "bi-vital", en la que de día era niña modelo, mientras reventaba las noches descubriendo el mundo que la música empezaba a regalarme...
Esa primera vez hice noche en tu persona, perdiendo la compostura de manera deliciosa…Olvidé mi presente y volví a entonar sensaciones casi perdidas en mi inconsciente, con la voz fuerte y desgarrada de quien recuerda por qué ha de vivirse la vida... mientras mis pestañas te acunaban y mis labios mordían cada uno de tus gestos ...
Y te supe receptivo a todo mi yo con sólo observar la agitación que atacaba a tus dedos sobre las cuerdas cada vez que posaba mis ojos en ellos...
Solamente porque sueño con ser mala pedí a gritos una canción en la que, sabía de antemano, no eras diestro… de manera de obligarte a responderme sólo a mí...
Y con una derrota en la voz que jamás fue tal en tus ojos, aceptaste -mirando directo a mi alma- que no la sabías, pero agregando que, si mantenía las visitas al bar, eventualmente la aprenderías sólo para mí.
Vino el primero de los tantos intermedios que desde entonces se han sucedido, y noté mis manos frías, y mi corazón a mil.... ¡Revolución total! Desastre a estribor...
Sin mediar siquiera una racionalización de rutina y mientras confirmaba en el espejo del baño que nada en mi cara delataba lo que estaba comenzando a experimentar, hice una nota mental: "Julio de 2001 - otra vez me fui a la cresta"
¡Puto corazón! Corazón de adolescente obnubilable...*suspiro* casi treinta años y otra vez derritiéndome por un atormentado...
Atormentado porque basta poner un poco de atención a la forma en que le haces el amor a esas cuatro cuerdas para saber que es lo único que te satisface en la vida... y que sin embargo permites a todos a tu alrededor el ir por ahí diciendo que esto de los Viernes nos es más que otra de tus locuras algo desequilibradas.... y que encima cumples con desgano con todas las rutinas e imposiciones de una vida chata, con tal de que te permitan simplemente Ser al menos un día a la semana....
De vuelta del descanso jugaste a conmoverme mediante gestos, inflexiones en la voz, avances y retiradas... Y entonces se apagó el rock, y en reemplazo del fervor casi histérico que en la concurrencia habían desatado tú y tus amigos, comenzó a fluir desde los parlantes una música plástica y sin sentido que por un momento trivializó la atmósfera...
Y te acercaste a conversar con mis amigas, absolutamente dueño de la situación... y hablabas y yo pasmada, y reías y yo asustada, y me mirabas y yo despeñándome revolución abajo sin poder generar siquiera una palabra, un pensamiento, una idea cuerda...
De pronto algo llamativo sonó en el ambiente y tú interrumpiste en seco una conversación para ponerte de pie y preguntar de manera intencionada, mientras me mirabas, si alguna de nosotras quería bailar.
Y me rebelé porque comprendí que me había vuelto presa fácil... te ignoré con un dejo burlón en la mirada, al tiempo que buscaba a tientas mis cigarros mientras, bostezando, fijaba mi vista en el televisor de la esquina.
Recuerdo bien que me hundí en mi asiento al comprobar que la más linda de mis amigas se levantaba feliz de poder bailar y que, de manera femenina y graciosa, como sólo ella sabe hacer, se dejaba guiar por esa mano que ya sabía mía, a una improvisada pista de baile.
Todos siguieron el ejemplo y por fin el espacio me fue suficiente para respirar...
Pero no cejaste.
Luego de demostrar tu cancha con dos giros dados a la
cintura de mi amiga, volviste tus ojos hacia mí y con un gesto me llamaste a unírseles....
Cuando por fin lo hice, luego de empinar el vaso un par de veces de manera de tratar de encontrar en el fondo algo de la valentía y cordura que ya hacía rato me faltaban, giraste decidido tu cuerpo hacia el mío, tomaste mi mano y reíste al ver mi rostro contraído en una mueca de seguridad que jamás logró trasuntar algo más que el temor de saberme ya cayendo en tus redes....
Pero jugabas, ibas y venías, y yo me afiataba a tus vaivenes, bailando sola o con otros entre tus idas y venidas... Hasta que por fin tus dedos se posaron en mi cadera y entonces cambió la marea, porque habías entrado en mi círculo.
Una, dos, tres melodías similares...
Traviesa, moví mi cuerpo sólo para darte atisbos de lo que podrías llegar a tener si yo lo permitiera.
Coqueta, tomé tu mano y la alejé de mi cadera sólo para posarla en mi cintura cuando ya creías perdido cualquier avance.
Perversa, levanté mis ojos hasta los tuyos y luego los dejé bajar de manera lenta hasta tu cuello...
¡Qué gran error! Quizás esa mirada te dejó entrever demasiado pronto los ímpetus que en mí ya habías despertado, quizás yo quería que tú siguieras mis designios, quizás así debía suceder...
Tomaste delicadamente mi nuca, diste un paso al frente y de manera sutil pero firme guiaste mi olfato hacia tu clavícula... y si hasta entonces había tenido aún alguna oportunidad de no perderme, ésta se esfumó en tu olor, en la debilidad de mis rodillas y en los giros vertiginosos con que el bar entero desapareció mientras acercabas tu rostro al mío hasta hacer simbiosis de nuestra respiración.
¡Dios! Tantos detalles ridículos y cursis se apilan ya en mi memoria cuando intento recordar esa primera noche...
Los cigarrillos, siempre los cigarrillos...tus dedos enredándose en los míos de manera pérfida y burlona a propósito de un cigarrillo, tus labios tocando mi mano temblorosa a causa de otro, mi mirada esquiva atrapada en la tuya a través de una constante cortina azulada...
Me voy, te vas, la noche termina y yo satisfecha y no.
Vuelves, vuelvo... torno a sentarme en la misma silla, tocas la introducción a la canción solicitada siete noches antes sin decir una palabra y entonces sé que me das la bienvenida de manera íntima y juguetona. La noche avanza, semana a semana las noches avanzan... apenas te miro, no quiero ser obvia.... ¿no quiero ser obvia? ¡Qué idiotez! Desde el primer encuentro lo soy...
No, es que no quiero perderme otra vez en tus ojos... temo a tus ojos invasores, prefiero fijar los míos en tus cuerdas y pretender que me concentro en las notas... Y tú entiendes que no puedo mirarte, y tú simplemente no puedes hacerlo... Pero de pronto logras abrir un espacio de comunicación absolutamente mío, absolutamente tuyo, puramente nuestro...
…las cuerdas…
Las reconoces, las indagas, las exploras... cierras los ojos, y tus-labios-sosteniendo-el-cigarro... mientras tú las acaricias, las haces gemir, las silencias por sólo un segundo y nuevamente arremetes...
Y entonces pierdo el control, y descubro que si no respiro en el vocalista, o en mis amigas o en cualquiera de los presentes, probablemente naufrague en el desgarro de no ser el metal bajo tus manos...
Bebo, prendo otro cigarrillo y me atrevo a mirarte a ti, de soslayo... Entonces me vuelvo mujer trivial y banalizo el tema para desmitificarte y comento pelotudeces subidas de tono a mis amigas sobre tu pequeño gran cuerpo, y te convierto en carne y en sujeto de bromas procaces con tal de no evidenciar que ya hace rato tocaste mi alma sin siquiera una justificación medianamente válida o racional...
¿Por qué? No lo sé... supongo que ha de ser porque casi puedo palpar la pasión con que te sumerges en la música y cuánto te duele haber dedicado tu vida a algo que no huela a notas y armonías, porque intuyo que necesitas algo que te haga sentir vivo, porque presiento que jamás logras ser feliz por más de dos segundos, porque te sé insatisfecho, aburrido y culposo de lo que dices y haces, pero también de lo que te callas cada día y dejas de hacer a cada paso... Porque tu potencial es enorme, pero estás convencido de que ya estás metido en un camino e imaginas una salida que sólo podría abrir un alguien mágico...
¡Qué desastre venir a toparnos tú y yo justo cuando nuestras vidas parecían haber tomado el curso del comme il faut! ¡Qué delirio este de arrojarnos de cabeza hacia un vacío que sospecho se llenará sólo de culpas! ¡Qué desgarro entrever que nos debemos desde antes una lealtad que nadie exige y que no permitirá que nos conminemos mutuamente a cruzar uno a la vereda del otro! Qué descanso saber que los caminos fueron hechos para ser recorridos y no para llegar a destino...
Verte, olerte, sentirte, saberte, fue desde el primer momento ejercitar un reconocimiento interno...
Lo siento, te conozco de antes, te amo desde antes, pero no puedo, simplemente no puedo dejarte entrar.
***
(Julio de 2001)